miércoles, noviembre 11, 2009

CAMBIO DE TACTICAS NORTEAMERICANAS

Simultáneamente a estos acontecimientos dio comienzo la campaña de occidente. Los puertos mexicanos habían sido bloqueados por la escuadra al mando de comodoro Perry desde que la guerra había sido declarada oficialmente. Pero no fue hasta fines de 1846 que se tomó la ofensiva en este frente, atacándose los puertos de Alvarado, San Juan Bautista, en Tabasco y Tampico. Tampico fue ocupado el 15 de noviembre, después de que santa Anna ordenara su evacuación.

El cambio en las tácticas norteamericanas se inició formalmente el 18 de noviembre de 1846, cuando el presidente Polk nombró general en jefe a Winfield Scott, dándoles órdenes de tomar Veracruz y avanzar sobre la Ciudad de México por la ruta de Cortés. Las razones de este cambio en el mando y la estrategia norteamericanos se debieron a varias circunstancias. Por una parte, Polk temía la creciente popularidad de Taylor, que lo convertía en un rival político en las próximas elecciones. Por otra, la guerra se prolongaba demasiado y los mexicanos, pese a sus constantes derrotas, parecía cada día menos dispuesto a negociar un arreglo. En México la opinión predominante era que se había de obtener al mes una victoria antes de entrar en pláticas con los Estados Unidos, ya que de otra manera tales pláticas sólo conducirían a la sanción de las injusticias demandas y pretensiones del gobierno de Washington.

El 9 de marzo de 1847 Scott llegó a las playas de Veracruz e inició de inmediato los trabajos para sitiar la plaza, mientras la población, con mínimos recursos, se aprestaba para la defensa. El día 22 quedó establecido el sitio, que se prolongó por una semana. El capítulo el puerto. Al recibir Santa Anna las noticias de la caída de Veracruz, se puso de nuevo al frente del ejército el 2 de abril. En la presidencia quedó el general Pedro María Anaya. Por su parte el general Scott inició su avance rumbo al interior el 8 del mismo mes. Santa Anna decidió interpretar a los norteamericanos en un lugar cercano a Jalapa llamado Cerro Gordo, donde se libró una batalla el día 18. Debido a un error táctico, lo mexicanos fueron derrotados, pero más grave era que las fuerzas norteamericanas tenían ya el campo libre para ocupar Jalapa y el fuerte de San Carlos en Perote. Además, Scott ordenó al general Worth avanzar hasta puebla. Después de esta derrota, Santa Anna se dirigió a Orizaba, donde trató de reorganizar el ejército mexicano, y después partió hacia Puebla. Su reputación había recibido un fuerte golpe con el resultado de la última batalla, y por esta razón tanto las autoridades como la población de Puebla se manifestaron poco dispuestas a colaborar en la resistencia. Ante esta situación y luego de una escaramuza en Amozoc, Santa Anna decidió retirarse a la Ciudad de México, y Puebla fue ocupada el 15 de mayo. Entre mayo y agosto de 1847 las fuerzas norteamericanas no avanzaron más allá de Puebla a causa de tres problemas. El primero lo constituyó la falta del contingente necesario para continuar la ocupación; pues las guerrillas mexicanas que operaban entre Veracruz y Puebla obstaculizaban la concentración de las fuerzas en esta última ciudad. El segundo problema era la política norteamericana, ya que el congreso no parecía estar dispuesto a autorizar nuevas erogaciones y el reclutamiento de más hombres porque la guerra empezaba a ser popular en los Estados Unidos. El último problema derivó de la llegada de Nicholas Trist, comisionado norteamericano enviado para iniciar las conversaciones de paz. Trist, a pesar de haber establecido contacto con las autoridades mexicanas, no logró el éxito en su comisión porque los mexicanos no perdían las esperanzas y seguían tan tercos como al principio de la guerra.

En el momento en que arribaron las comunidades de Trist a la Ciudad de México se habían optado ya por la defensa. Para tal fin se concentraron todas las fuerzas disponibles del ejército regular y las guardias nacionales de la ciudad y de los lugares circunvecinos. Además se formó un cuerpo especial que reclutaba a los desertores norteamericanos de origen irlandés, y al que se denominó batallón de San Patricio. Asimismo se fortificaron las entradas principales de la ciudad, especialmente El Peñón, por donde se esperaba el principal ataque enemigo. El 7 de agosto Scott ordenó el avance hacia la Ciudad de México; una semana más tarde llegaba a sus inmediaciones. Después de reconocer el terreno, el general norteamericano decidió concentrar el ataque en la parte sur de la ciudad, lo que desorientó a los mexicanos, pues lo esperaban por el oriente. Santa Anna ordenó al general Gabriel Valencia, que se encontraba en la Villa de Guadalupe, que movilizara sus fuerzas hacia San Angel. Pero Valencia desobedeció las órdenes y se situó en Padierna (Contreras), donde fue atacado y derrotado el día 19. Al día siguiente los norteamericanos abrieron fuego sobre la garita de San Antonio Abad y simultáneamente avanzaron hasta el convento de Churubusco, donde lograron una victoria más.

A Raíz de estas dos últimas derrotas, las autoridades mexicanas convinieron en aceptar el armisticio ofrecido por Scott y en entablar negociaciones con el comisionado norteamericano. Estas se iniciaron el 27 de agosto y duraron hasta el 6 de septiembre, pero no se llegó a ningún resultado. Trist traía instrucciones de exigir el reconocimiento del río Bravo como límite de Texas, la venta de Nuevo México y ambas Californias y el derecho de tránsito por el istmo de Tehuantepec. A cambio, los Estados unidos pegarían las reclamaciones que algunos ciudadanos norteamericanos hacían al gobierno mexicano, no exigirían indemnización por gastos de guerra y pagarían a México treinta millones de pesos. Por su parte, los comisionados mexicanos recibieron la recomendación de ceder lo menos posible y trata como si México no hubiera sido derrotado.

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