miércoles, noviembre 11, 2009

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA DE TEXAS

Las causas de la derrota mexicana fueron diversas. En realidad, México contaba con un ejército ficticio: existía un cuadro de oficiales, pero se carecía de la tropa que aquellos habían de mandar. Para colmo, los oficiales se dejaron envolver por los partidarios políticos y permanecían en constante rivalidad. Además, el armamento era inadecuado y los recursos mínimos. Por otra parte, la población carecía de un verdadero sentimiento de nacionalidad y el pesimismo había minado los estratos sociales más consientes. Dadas estas condiciones, la guerra resultó en cierto modo benéfico a pesar de sus evidentes resultados negativos. Dejó la semilla de un nacionalismo más extendida, ayudó a la maduración de la política mexicana, que vio aparecer partidos políticos durante las décadas siguientes librarían la batalla final para dirimir el futuro político de la nación. La guerra dejó, pues, a México en una encrucijada, pero el país, después de la toma de conciencia, había de defender su soberanía con mayor seguridad.

Por su parte, los Estados Unidos salieron de la guerra convertida en una potencia continental. Su futuro progreso material fue en gran medida un resultado de ella, pero al consolidar sus afanes expansionistas se aceleró la lucha que desde años atrás se veía perfilado entre el norte y el sur. Así, a pesar de ser los victoriosos, se encontraron profundamente divididos y fueron víctimas de una guerra muy sangrienta. Vista con la perspectiva, se puede afirmar, contra la tradicional creencia mexicana, que la guerra fue esencial para el desarrollo de los países y que, a pesar del trauma de la derrota y de la pérdida de territorio, no dejó de haber resultados positivos para los mexicanos. Una nueva generación más consciente había vivido el desastre y se empeñaría en lograr una nueva actitud

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